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La torre del homenaje, símbolo del poder real

La torre del homenaje del château de Vincennes es un monumento único en la historia de Francia. Residencia, prisión, cuartel: venga a visitar este soberbio e imponente lugar.

Una espléndida residencia real

Esta imponente torre de homenaje de 50 metros, la más alta de Europa, fue construida a petición de Charles V, cuando se trasladó con su corte al château de Vincennes en 1367. Esta construcción tuvo lugar en plena Guerra de los Cien Años, y Charles V quiso demostrar la amplitud de su poder al tiempo que reorganizaba la administración del país.

Con sus torres almenadas y sus murallas, la fortaleza es una obra maestra de la arquitectura militar. Su terraza podía albergar máquinas de guerra, incluidas catapultas. Es también, y sobre todo, una lujosa vivienda. En la primera planta, la Sala del Consejo se utiliza para reuniones y banquetes. En la segunda planta se encuentran los apartamentos del rey, con su estudio donde guarda objetos de arte y manuscritos. La tercera planta está reservada a los miembros de la familia real. Revestimientos de madera, tapices, retratos: el conjunto está ricamente decorado.

A finales del siglo XIV, la torre del homenaje de Vincennes era el centro del reino.

Pasarela que une el castillo con la torre del homenaje
Pasarela que une el castillo con la torre del homenaje

© Jean-Pierre Delagarde / Centre des monuments nationaux

Cárcel y arsenal

Donde hay poder, hay justicia. En el siglo XV, la torre del homenaje se convirtió en prisión real. A lo largo de los años, ha visto pasar por sus puertas a numerosos prisioneros célebres: Diderot, Mirabeau, el Marquis de Sade, etc. Cerrada en 1784, volvió a convertirse en prisión de Estado durante el siglo XIX. Sus celdas volvieron a utilizarse durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana. Los prisioneros de guerra dejaron su huella en los muros en forma de grafitos.

Entretanto, la Revolución Francesa volvió a dar a la fortaleza una función militar. Napoléon Ier  la convirtió en cuartel y arsenal de París. También protegió la capital durante las invasiones prusianas. Por último, entre 1939 y junio de 1940, se convirtió en el centro de mando del Estado Mayor francés. Ahora restaurado, la torre del homenaje de Vincennes es un lugar excepcional para visitar y uno de los monumentos más importantes de la región de Île-de-France.

Después de la torre del homenaje, ¿qué le parece explorar la Sainte-Chapelle? Con sus magníficas vidrieras, es una auténtica maravilla del arte gótico.

Graffiti de los prisioneros
Graffiti de los prisioneros

© Patrick Berthé / Centre des monuments nationaux

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